PELUCAS, PISTOLAS Y HASTA GAFAS “ROBARON” LOS ACTORES DE LA CASA DE PAPEL

 

Las estrellas de la serie confesaron que, luego del rodaje, se quedaron con algunos objetos distintivos. Un motín que tiene un valor más allá del dinero

Se acaba de estrenar la primera parte de la quinta temporada. Como ya no tenían nada que perder, se decidió averiguar con casi todo el elenco qué tan buenos ladrones eran: qué accesorios representativos se habían llevado del set. ¿Sus respuestas? Algunas sorprendentes y otras no muy creíbles, pero lo que sí quedó claro es que se divirtieron mucho en el proceso.

 Esther Acebo (Estocolmo), Jaime Lorente (Denver), Belén Cuesta (Manila), Álvaro Morte (El Profesor), Najwa Nimri (Sierra), Pedro Alonso (Berlín), Patrick Criado (Rafael), Luka Peros (Marsella), Enrique Arce (Arturo Román) y Hovik Keuchkerian (Bogotá), quiénes admitieron por primera vez (como Najwa Nimri) qué se habían llevado a sus casas, y hasta nos dieron sus razones.

Así es como Marsella cuenta que, más allá que de regalo recibió -como el resto- la máscara de Dalí y el mono rojo, tenía otras intenciones: “Yo quería robar un gorra... pero no soy un ladrón, soy un actor”, contó Luka, sonriendo. Rafael no apela a la sinceridad: se quedó con un reloj. “Me lo llevé sin querer, me di cuenta cuando llegué a mi casa...”, se justificó. Pedro Alonso, o Berlín, su padre en la ficción, no le cree del todo: “Así es como uno vende su arma al diablo. Yo me lo llevé sin querer, y ya que me lo había llevado...’”, bromeó.


Enrique Arce explicó que no supo, por la manera en la cual se rodó la serie, que su último día de rodaje era, efectivamente, su último día. Se enteró después. Y por eso, su Arturo Román se fue con las manos vacías. Su archienemigo, Denver, se quedó con... ¡dos focos! “No, es en broma...”, aclara de inmediato Jaime Lorent. “No robamos nada... por somos gente muy legal”, advirtió Belén Cuesta, o Manila. Y habrá que creerle.


Para despedir esta producción −que fue su hogar por un tiempo−, varios de ellos decidieron quedarse con un recuerdo material o sentimental de La Casa de Papel, tras lograr alcanzar cifras tan revolucionarias como lo hicieron. El equipo entregó todos sus esfuerzos en esta última temporada y ahora está en manos de la audiencia decidir qué es lo que prefieren recordar de esta serie.


Esta producción se caracterizó por el uso de enterizos rojos y una máscara de Salvador Dalí, convirtiéndose en el primer símbolo de un fenómeno inesperado.

Una de las series españolas más exitosas del momento atravesó por varios cambios hasta lograr su propia identidad. Desde hacer 40 borradores para lograr el guión perfecto del capítulo piloto hasta las máscaras del célebre artista español.

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